Los efectos del bullying pueden llegar a ser muy graves. El principal síntoma es el estrés postraumático que se caracteriza por miedo, ansiedad y depresión. También puede haber crisis de pánico y, en algunos casos, las reacciones fisiológicas son las que revelan lo que está sucediendo, por ejemplo, cuando su hijo empieza a orinarse en la cama. El maltrato prolongado y continuo puede desencadenar síntomas crónicos, con los que el afectado podría buscar varios tipos de escapes como el consumo de drogas o alcohol que son una especie de anestésico ante lo que le perturba o le afecta. Pero, sin duda, el más grave e irreversible es el suicidio.
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